CERRO DE LA CRUZ
En el extremo sudoeste de la provincia de Buenos Aires, encajado en el corazón mismo de las Sierras de la Ventana, existe un establecimiento agricologanadero, dentro del cual, y como parte integrante del mismo, se encuentraba la Cabaña Cerro de la Cruz de Eduardo Ayerza, propiedad de la Sociedad Anónima Cerro de la Cruz, que tiene como presidenta a la señora Gertrudis Herrera Vegas de Ayerza, quien es, al propio tiempo, administradora general del establecimiento.
Fue allí donde el ingeniero Eduardo Ayerza, hasta su muerte ocurrida en 1961, y posteriormente su esposa, la señora Gertrudis Herrera Vegas de Ayerza, iniciaron hace mas de tres décadas, una obra civilizadora cuyos frutos son ahora perfectamente visibles.
Cerro de la Cruz. Su nombre deriva de la presencia de una cruz de origen desconocido que existió allí hace tiempo. Significa evocar una época coincidente con las postrimerías de la conquista del desierto. Fue aquel lugar refugio y aun cuartel general de las últimas tribus aborígenes que desafiaban el avance de la civilización, y allí, entre los abruptos pliegues de la Sierra de la Ventana, ocultaban ellos el ganado robado en las estancias argentinas, que luego llevaban hacia regiones trasandinas.
El casco de la Estancia cuenta con una pintoresca casa principal diseñada por el arquitecto Bustillo, como puede verse en una de las fotografías que aquí se publican, una casa para el mayordomo, viviendas para el personal, tres galpones, tres silos aéreos para forraje con capacidad para un millón de kilos y seis silos mas para cereales. Diseminados en el campo hay cinco puestos y, como culminación del resultado de un gran esfuerzo, que honra a quienes lo han realizado, la cabaña que lleva el mismo nombre de la estancia.