top of page

9 de febrero de 1973

inauguración del casino de necochea

El 9 de febrero de 1973, ante más de 5.000 personas, el entonces ministro de Bienestar Social de la Nación, Oscar Puiggrós, presidía la ceremonia de inauguración de la primera etapa del Complejo Casino de Necochea.
Esa cálida noche de verano, la primera bola lanzada oficialmente en las mesas de ruleta de la sala de juego, era el “Negro el 22”.



Habían pasado poco más de cuatro años desde que el 12 de octubre de 1968, se colocara la piedra fundamental del complejo en un sector denominado “La olla”, junto al Parque Miguel Lillo.
Si bien aún faltaba mucho para concluir la obra, en marzo de ese año se realizarían elecciones presidenciales, y el entonces presidente de facto teniente general Alejandro Agustín Lanusse quería despedirse con la habilitación de la monumental obra en Necochea. 

La construcción del Casino de Necochea
El Complejo fue proyectado por el arquitecto Roberto Quiróz y construido en un sector de los necochenses denominaban “la olla” y que era utilizado para descansar y tomar sol en los días de viento, ya que se encontraba rodeado de un cordón de dunas y tamariscos. 
La obra fue financiada por la Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos y llevada adelante por la empresa Seminara Sociedad Anónima. 
Para poder plantar los cimientos, la obra debió remover un médano de 12 metros de altura y trasladar 90.000 metros cúbicos de arena. 
El edificio proyectado ocuparía una superficie de 22.000 metros cubiertos. Las salas de juego abarcarían una superficie cubierta de 2.000 metros cuadrados, con capacidad para albergar a más de 8.000 personas, 50 mesas de ruleta y 20 de punto y banca.
Para febrero de 1973 sólo estaba completada en parte. La inauguración impulsada por Lanusse sólo consistió en abrir la puerta a la salida de juegos, la confitería y los locales comerciales. 
Faltaba concluir el restaurante, la boite, la pileta y el imponente Teatro Auditorium. 
En la inauguración, el edificio sorprendió por sus características futuristas. La araña luminosa, ubicada en el acceso a la sala de juegos, con miles de lámparas, deslumbró al público. 
También resultaba sorprendente la tecnología con la que contaba el edificio, ya que se realizaba el seguimiento de los jugadores a través de un circuito cerrado de televisión. 
El interior de la sala de juego tenía columnas revestidas con mármol de Carrara y Verde Alpe. Espejos, alfombras y arañas completaban la sofisticada decoración. 
La sala de entretenimientos contaba con canchas de bowling, donde se ubicaban, además, mesas de billar. 
Esa noche de febrero de 1973 también se inauguró la pista de patinaje especialmente preparada para la realización de partidos de hockey sobre patines. 
En tanto, la galería comercial comprendía salones para oficinas, negocios y kioscos, ejecutados con techos decorativos de modernas líneas con iluminación acorde, pisos de porcelana y paredes revestidas. 
En una segunda etapa fue habilitada la boite, que contaba con un cielorraso de superficie cilíndrica. 
Junto al restaurante, la boite fue inaugurada una piscina que contaba con iluminación subacuática, trampolines y tobogán y era toda una revelación para los necochenses. 
En la parte exterior se construyó una playa de estacionamiento con capacidad para casi un millar de automóviles y se completó el conjunto con obras de jardinería exterior. 

Símbolo
Con el paso del tiempo, el corte futurista del Complejo Casino se convirtió en una postal de la ciudad. En los años 70 fue un símbolo del crecimiento turístico de Necochea. 
Para comprender la convocatoria turística de la ciudad en aquella época, basta decir que esa misma noche se presentaban en la ciudad dos grandes espectáculos musicales: en Rimini el joven cantante Sergio Denis y en Fortacho`s, Juan “Corazón” Ramón.
Eran épocas en las que la temporada teatral duraba tres meses y los elencos permanecían durante toda la temporada en la ciudad. Cuando la ciudad tenía cinco cines y las vacaciones se extendían por semanas.
Pero luego, con la falta de mantenimiento y la erosión que el aire marino ocasionaba sobre la estructura metálica, el complejo comenzó a decaer, lejos de los brillos de lo que fue aquella noche de febrero de 1973.
Pero con el paso del tiempo, el símbolo 
En agosto de 2001 un incendio destruyó una parte de la construcción. Por ello, el Casino es hoy un reflejo de lo que fue en la década del 70. (Escrito para el Suple Finde de Ecos Diarios de Necochea).

complejo-casino1.jpg

PUENTE IGNACIO EZCURRA

1969-1980.

55865322_2262211880713808_65124894696171

“Con la asistencia de autoridades nacionales, provinciales y municipales, representantes de instituciones de Necochea y Quequén y una crecida cantidad de público, se llevó a cabo al mediodía de ayer la inauguración del puente construido sobre el Río Quequén”, dice la crónica de “Ecos Diarios” del 27 de Junio de 1971.

            Lamentablemente durante las inundaciones de Mayo de 1980, el puente Ignacio Ezcurra (llamado así en memoria del periodista del diario “La Nación” que murió cubriendo la guerra de Vietnam) cayó por efecto de la corriente del río.

Este puente había sido construido sobre la estructura del anterior puente de ferrocarril, por lo cual presentaba un diseño muy particular, producto de la “añadidura”.

Remplazó al “Puente Viejo” o “Puente del Puerto”, que fue inmediatamente desarmado, y cumplió un rol importantísimo para ambas orillas, ya que unía el círculo costero.

Victorio De la Canal, otro de los fundadores.
angelimurga.jpg
delacanal.jpg

Necochea, la del suave declive.

Necochea cuenta con playas amplísimas y de suave declive, que se extienden a lo largo de 72 km. Su nombre recuerda al general Macis Necochea, héroe de la Independencia.
En el año 1669 el Virrey Don Juan José de Vertiz ordenó la formación de una tropa de 60 carretas con un millar de hombres para llegar a las entonces llamadas salinas grandes, en procura de sal, un producto escaso y caro, que era indispensable para la alimentación.
Con posterioridad, durante el año 1748 el Jesuita José Cardiel incursionó por esta zona, llegando a la desembocadura del río Quequén Grande, efectuó los primeros trabajos de cartografía y aportó datos sumamente precisos sobre la región.
En aquellos tiempos, los precarios fortines con ranchos de paja y murallas de madera eran el único apoyo para los habitantes ante las eventuales pasadas de los malones indígenas.
Recién después del año 1820 se comenzó a poblar el sudeste de Buenos Aires. Por entonces, ya había algunas grandes estancias, y con el comienzo de la organización nacional en 1852, llegó la creación de varios partidos, siendo Necochea uno de ellos, en el año 1865.
Pero la simple demarcación geográfica era sólo el comienzo y tal vez así lo entendieron los indígenas, quienes al mando de los caciques Namuncurá y Catriel atacaron con los más grandes malones que se habían producido hasta entonces, causando estragos en las incipientes poblaciones.
Durante la década de 1870 se hallaba afincado en "Cristiano Muerto" el comandante Don Ángel Ignacio Murga, un valiente que constituía una de la avanzadas de la civilización y que insistentemente reclama en 1871 la necesidad de fundar un pueblo que permitiera nuclear familias casi junto al paso del indio.
Idéntico propósito tenía Don Victorio de la Canal, juez de paz del Partido afincado en su estancia "San Cayetano".
Era evidente que al partido creado el 31 de agosto de 1865, le faltaba la "cabeza".
En 1871 se pensó en formar un pueblo en las inmediaciones del almacén de ramos generales "La Media Luna" distante unos 100 km. de la actual planta urbana. 
Algunos pobladores entendieron equivocado ese criterio, prefiriendo poblar la zona adyacente al río Quequén Grande o al propio océano Atlántico.
Pero fue el naufragio del velero "El Filántropo" ocurrido en las inmediaciones del "Médano Blanco", el suceso que sirvió para reunir a un grupo de pobladores de la zona e insistir en la necesidad de contar con una "cabeza" de Partido. Fue así que se realizó una reunión en el establecimiento de Nicanor Duarte, donde se redactó y suscribió un petitorio dirigido a las autoridades centrales, solicitando la creación del pueblo.
En 1877 se insiste nuevamente en la solicitud luego de soportar numerosos malones en la región. En está oportunidad se confió al vecino Sr. Ángel Ignacio Murga la tarea de entrevistar a funcionarios, obteniéndose el interés de los doctores Dardo Rocha y Aristóbulo Del Valle.
Es así que el 17 de octubre de 1877 se votó en la Cámara de Diputados bonaerense la ley 1131 mediante la cual se disponía la adquisición por compra, permuta o expropiación, de cuatro leguas cuadradas pertenecientes a don Eustaquio Díaz Vélez en sus campos de la ribera del Río Quequén Grande por el lado este y en las del mar por el lado sur destinadas a la creación solicitada. 
Tras arduas luchas de los pobladores, por decreto el 8 de junio de 1881, el Poder Ejecutivo provincial encomendó al Agrimensor José María Muñiz la tarea del trazado de la planta urbana y sus aledaños.
El miércoles 12 de octubre de 1881, se procedió a izar la bandera nacional, utilizando para ello el palo mayor del velero "El Filántropo" el que fue ubicado en el Centro de la Plaza del pueblo, por Benedicto Calcagno, ayudante del agrimensor Muñiz. Se organizó una fiesta popular y se redactó el acta de fundación.

bottom of page