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Pepsico, algunas obviedades necesarias

El jueves 13 de julio pasado, se produjo el desalojo de una planta de la multinacional Pepsico. Las empresas periodísticas comenzaron presentando el hecho con dos actores principales: las fuerzas de seguridad y los trabajadores. Con el correr de los minutos, apareció Del Caño como abanderado obrero y al final del día, quedó el predio sin laburantes, quince vigilantes heridos y cinco troskos presos.

En las redes sociales, la palabra que más apareció fue represión. Los militantes de la ciber-paja se trenzaron en interminables cruces verbales. "Represión", decían muchos, "se terminó la fiesta K", vociferaban otros y los más radicalizados salían a plantear el "boicot a las papas fritas". Hasta hubo "choques" entre los que parecían estar del mismo lado (recomiendo ver el duelo twittero entre Cerrutti y Del Caño).

Aclaremos -dijo un vasco y le estaba echando agua a la leche. Puntos a tener en cuenta:

1- Si las fuerzas de seguridad reciben la orden de desalojar un predio, deben hacerlo por la fuerza. En el enfrentamiento puede haber heridos y/o muertos en cualquiera de ambos bandos. No hay víctimas (salvo que hilemos fino y hablemos del conjunto como víctimas del capitalismo salvaje). Se recomienda, en caso de desalojo de una planta alimenticia, no llevarse bolsas de productos y en caso de querer hacerlo, utilizar mochila para su transporte.

2- La aparición de los troskos no es casual. Así como los hongos se presentan con la humedad, ellos lo hacen en los conflictos. No son peligrosos. Fuman y les hace mal, dicen defender a gente que no conocen y la llaman trabajadores, obreros o masa proletaria. Son simpáticos, persistentes y tan oportunos como los Testigos de Jehová. No inician la lucha, ni siquiera forman parte de ella, pero están y si les das un micrófono te hacen el mejor diagnóstico.

3- El secretariado del sindicato de la alimentación ha vuelto a defeccionar. Ya ni se encargan de disimular la entrega. Perdieron una oportunidad histórica de reivindicarse.

Lo de Pepsico se suma a Carboclor, Atucha, y los miles de despidos, cesantías, quiebras y suspensiones que trajo el cambio. Mientras nosotros seguimos boludeando con las PASO, persiguiendo traidores, pasando facturas, analizando el 2015, el enemigo, el real, se divierte y sigue apostando por la continuidad de este gobierno y su modelo.


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